Investigadoras del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) han liderado un estudio, publicado en Environmental Health Perspectives, que muestra una asociación entre la exposición a disruptores endocrinos en el puesto de trabajo con un incremento del riesgo de bajo peso al nacer.
El estudio ha analizado datos de 131.279 mujeres embarazadas en situación laboral pertenecientes a 13 cohortes de nacimiento europeas. Otro de sus hallazgos muestra que un 11% de las participantes tenían trabajos clasificados como posible o probablemente expuestos a los disruptores endocrinos.
La exposición a estos compuestos químicos que alteran la regulación hormonal está asociada con un amplio abanico de consecuencias negativas para la salud, como cánceres de mama, próstata y testículo, diabetes, obesidad o una disminución de la fertilidad. Aunque las políticas sobre su uso han ido evolucionando, todavía están presentes en algunos productos alimenticios y de consumo.
"La población en general está expuesta a pequeñas concentraciones de disruptores endocrinos a través de los alimentos y de productos de consumo, aunque en algunos casos se dan exposiciones a concentraciones más altas en el ámbito laboral", explica Martine Vriheid, investigadora de ISGlobal y coordinadora del estudio.
Cáncer de mama, próstata y testículo, diabetes u obesidad son algunas consecuencias de estar expuesto a disruptores endocrinos
"Durante el embarazo se dan periodos de vulnerabilidad durante los cuales el feto es especialmente sensible a factores ambientales. Estudios anteriores habían establecido una asociación entre la exposición a disruptores endocrinos entre la población general y una disminución en el crecimiento fetal. Sin embargo, hasta la fecha existían pocos estudios sobre la exposición materna ocupacional a estos compuestos químicos", puntualiza Laura Birks,también investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio.
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